Miércoles, 11 de Julio de 2007

La nieve hizo las delicias de chicos y grandes en Villa Lugano

A pesar del frío intenso y de los riesgos de agarrarse una gripe o pescarse un resfriado, muchas personas salieron a encontarse con una desconocida de los porteños: la nieve. Es que un fenómeno meteorológico poco común para nuestra ciudad ocurrió el lunes 9 de Julio por la tarde, cuando el agua-nieve se transformó en nevada. Fue un regalo de la naturaleza en un día histórico.

Dentro de un tiempo, no demasiado, muchas abuelas contarán a sus nietos: "Hubo un día de la independencia distinto, en que el cielo se puso gris y muy frío. La tardecita estaba realmente gélida. Los servicios informativos hablaban de ola polar. Llovía despacito, con desgano. De pronto, tomando a muchos por sorpresa, el cielo se aprovechó de la siesta de ese lunes feriado, y se puso a jugar con las gotitas de la suave lluvia, y las sopló con aire muy frío, y éstas se fueron transformando en livianos copitos blancos, para maravilla de todos. La nieve había llegado a Buenos Aires".

En una jornada histórica, y antes de que la noche nos cubriera con su manto oscuro, salimos a realizar una caminata entre los copos, bajo la nevada, con el objeto de registrar y compartir algunas escenas del maravilloso fenómeno meteorológico que nos regaló la madre naturaleza. ¡Vaya que sí valió la pena, por tanta gente que nunca pudo conocer la nieve!. Por eso se veía tanta euforia por todas partes. Gente que no se conocía, se divertían juntos. Debería nevar un poco más seguido y no tener que esperar 80 años, pues es evidente que se trató de un regalo que nos hizo bien a todos.

Aprovechamos para presentar una nueva sección en el sitio: los videos de Buenos Aires. (bueno... por ahora de Lugano). En Villa Riachuelo, te ofrecemos un retrato de Cosquín, Madariaga, Berón de Astrada y Cañada de Gómez, transitando luego hacia el parque. La sensación era la de caminar dentro de una heladera. El paraguas -que usaba para cuidar la cámara- se hacía pesado por la nieve. Los dedos se me ponían duros por el frío que pegaba porque soplaba un vientito que no aflojaba.

Luego avanzamos frente a la Plavinil, por Berón de Astrada, hacia Lisandro de la Torre, rumbo al parque ubicado frente a la Plaza de los Viveros, en Villa Lugano. La nieve se fue acumulando sobre el pasto y el follaje, de a poco. También nos mojó, nos enfrió y nos divirtió. La gente salió a pesar del frío y fue testigo por un rato del manto blanquecino que iba cubriendo el verde del parque. A veces paraban autos, cuyos ocupantes se bajaban para tomarse fotos contra el fondo blanco (antes verde) que era el parque.

La nevada ocurrió durante un feriado, lo que permitió a la gente pasear pese al frío, como si estuviera en Bariloche, El Bolsón o Junín de los Andes. Dejando atrás el parque ubicado frente a la Plaza de los Viveros, en Villa Lugano, nos adentramos en el barrio Almirante Brown para deleitarnos con el lindo paisaje que nos regaló la madre naturaleza. Todo se ve muy parecido a la primera o última nevada en cualquier ciudad del sur patagónico.

Hernando Mankus

Fuente: VillaLugano.com.ar