Villa Lugano· Argentina · La Puntocom de la Zona Sur.

Felices Fiestas para nuestras mascotas también

Las personas con trastorno del espectro autista y las mascotas tienen una sensibilidad auditiva muy alta, por lo que especialistas aconsejaron hoy hacer un uso responsable de fuegos artificiales y pirotecnia en Navidad. Nuestras mascotas sufren estrés, angustia, temblores, pánico, taquicardia, aturdimiento, miedo, desorientación.

Nuestras mascotas sufren cuando utilizamos pirotecnia. Las explosiones contínuas les provocan estrés, angustia, temblores, pánico, taquicardia, aturdimiento, miedo, desorientación… o sea: SUFRIMIENTO. Por amor a nuestros amigos -perros, gatos, pájaros, etc.-, seamos más humanos y cuidemos de ellos durante las fiestas.

Hay ruidos por todas partes y no entienden por qué, se asustan porque el sonido es muy fuerte, porque a veces tiembla hasta el suelo bajo sus patitas y no saben de dónde proviene ni la razón de tanto alboroto. Pero el problema no es sólo que lo pasen mal, si no las consecuencias que esta actitud puede provocar. Todos los años se dan multitud de casos de desapariciones de mascotas durante la noche de Navidad y Fin de año.

Sugerencias para ayudar a nuestras mascotas:

  • Antes de que empiece el ruido de las fiestas sácale a dar un buen paseo para que haga sus necesidades, ande corra y se canse. Así estará más tranquilo el resto del día. Cuando los  saques a la calle en días de fiestas llévalos siempre atados con collar, correa y chapa identificatoria para evitar que puedan escaparse por el sonido de un petardo o cohete inesperado.
  • Cierra todas las ventanas, persianas y puertas para disminuir los ruidos lo mas posible.
  • Prepara un sitio acogedor aislado del ruido con su cama y manta para que pueda refugiarse en el momento de mayor alboroto.
  • Ponerles música suave puede ayudar a relajarlos y disimular un poco todo el alboroto. También puedes intentar distraerle jugando con su juguete preferido.
  • Si se ponen muy nerviosos y están asustados, procura no hacerles excesivo caso, para que vean que no pasa nada. Aunque parezca contradictorio, si los acaricias, lo tomas en tus brazos y les hablas con tono suave para calmarle, estarás confirmando sus temores y su actitud. Así que aunque nos cueste resistirnos, lo mejor es demostrarle que no pasa nada, ….que no tiene por qué sentir miedo.

Efectos de la pirotecnia sobre mascotas y personas con autismo

Las personas con trastorno del espectro autista y las mascotas tienen una sensibilidad auditiva muy alta, por lo que especialistas aconsejaron hoy hacer un uso responsable de fuegos artificiales y pirotecnia en Navidad. Los oídos tienen capacidad para soportar ruidos de «hasta 90 decibeles sin sufrir daño«, mientras que «un mortero llega a los 145 decibeles y una bomba de estruendo hasta 190», especificó Stella Cuevas, médica otorrinolaringóloga.

La especialista, quien además preside la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (Aocba), remarcó que las secuelas auditivas pueden ir «desde un leve zumbido permanente hasta la pérdida de la audición total e irreversible«.

Cuevas puntualizó que siempre que se decida usar pirotecnia se debe pensar en las personas que presentan un trastorno del espectro autista: «Su sensibilidad auditiva es muy alta, llamada hiperacusia, por lo que los ruidos generados por la pirotecnia pueden alterarlas de manera notable».

Agregó que las personas que padecen algún tipo de demencia también pueden alterarse con los ruidos demasiado fuertes y presentar crisis nerviosas con llanto, palpitaciones y agitación, así como «inconductas que pueden tener consecuencias muy peligrosas».

Con respecto a los animales, dijo que los efectos de la pirotecnia «son diversos, de diferente intensidad y gravedad, ya que tienen el aparato auditivo mucho más desarrollado que los seres humanos».

«Las mascotas domésticas sufren agitación, palpitaciones y mucha sed, y el temor que sienten con los ruidos puede hacer que quieran escaparse, con el peligro de sufrir accidentes o incluso perderse», especificó.

Mencionó que los gatos en particular suelen ingerir restos de esos productos usados e intoxicarse, mientras que los caballos también se agitan de tal manera que, muchas veces, «se lesionan con los alambrados al querer huir».